Robert
Redford se estrenaba como Director con esta película sorprendiendo a
propios y extraños. Aunque hubo público que se sintió indiferente
ante la cinta, el enclave temporal en el que se hallaba es una
característica determinante. El mundo, sobre todo por aquellos
lares, empezaba a detenerse en lo personal, en lo cotidiano, se
comenzaba a distinguir entre la apariencia y la realidad, el
desarrollo personal y el bienestar emocional florecían lentamente
pero sin pausa, y, como un arte más, el cine se hacía eco de ello:
“Annie Hall”, Woody Allen, 1977; “Interiores”, Woody Allen,
1978 o “”Kramer contra Kramer”, Robert Benton, 1979.
“Gente
corriente” es un psicodrama con un ritmo marcado por la música que le
acompaña durante toda la cinta. El Canon en re mayor de Pachelbel,
que el alemán compusiera en 1680, envuelve cada fotograma, otorgando
una emoción añadida desde su inicio, acompañado de imágenes que
sugieren tranquilidad y calma de una apariencia que se irá
desvelando poco a poco, hasta el final donde un casi primer plano va
alejándose dando una visión de conjunto, global.
Conrad
Jarred es un adolescente marcado por la culpabilidad tras la muerte de Buck, su hermano mayor. Inserto en una familia de clase media alta,
formada por padre, madre e hijo, a las afueras de Chicago, la
historia comienza cuando Conrad vuelve a su casa tras cuatro meses de
ausencia por un acontecimiento que se irá desvelando gota a gota y
un duelo que se vivirá de varias formas diferentes en función de
cada miembro de la familia.
Las
semejanzas y las diferencias de madre e hijo confrontan
permanentemente, dando lugar a una lucha paralizante entre la
apariencia y la realidad, entre el ejercicio físico y el crecimiento
emocional, el rechazo y el acogimiento, la individualidad y el
trabajo en equipo, la toma de conciencia con el compromiso y el ser
aséptico, carente de emoción y sentimiento, Freud estaría
encantado con esta película.
Al
parecer la cinta tiene tintes autobiográficos, entre otras cosas un
recurso muy utilizado por los Directores cinematográficos en sus
operas primas. No dudo que Robert Redford podría haber abarcado más
o puntualizar más o muchas cosas más, pero la película es así y
así la quiso plasmar su Director, dejando una satisfacción final
difícil de explicar.
Llena de expectativas me siento en la
sala de cine a disfrutar de esta película. Siempre me informo
previamente porque así disfruto más de la cinta.
La misión de los Jesuitas en Japón
durante los siglos XVI y XVII es un tema absolutamente novedoso para
mi, por tanto considero que, en este caso, es más necesario aún
conocer esta parte de la historia, no solo para disfrutar de la
película, sino para entender qué nos están contando básicamente.
La película de Scorsese está basada en
la novela homónima de Shusako Endo (27 de marzo de 1923, Toshima,
Tokio, Japón, 29 de septiembre de 1996, Tokio, Japón) un reconocido
escritor japonés del siglo XX que escribió con la singular
perspectiva de ser japonés y católico, teniendo en cuenta que la
población cristiana en Japón es del 1%.
Al parecer el proceso de integración
del catolicismo en Japón fue muy dificultoso y Endo sufrió esta
inculturación en él mismo y en su familia. Considero que este
aspecto es crucial a la ahora de la adaptación cinematográfica de
la novela, tanto a nivel argumental como en las consideraciones
personales de cada papel.
La película trata de dos sacerdotes
Jesuitas portugueses, Sebastião Rodrigues (Andrew Garfield) y
Francisco Garrpe (Adam Driver) que se enfrentan a una persecución
violenta cuando viajan a Japón en 1640 con dos objetivos: localizar
a su mentor, el Padre Cristóvão Ferreira (Liam Nesson), y difundir
las enseñanzas del cristianismo. En este aspecto la película
sobrecoge por la crudeza de las imágenes, los métodos de
sometimiento y los fundamentalismos de los personajes, que ríase
usted de los yihadistas.
Sobre todos los actores me quedo con
Andrew Garfield (Leones por corderos, La red social). A su corta edad
(33 años) tienes mucho camino recorrido y, como no es extraño,
borda el personaje.
Al estar la película basada en una
novela y al ser esta novela de carácter histórico, ambas tiene las
consideraciones personales que escritor y director hayan creído
oportuno darle. Dejando claro este pormenor, hay un pequeño detalle
en la adaptación de “Silencio” por Martin Scorsese que, según
lo visto y leído, cambia por completo el sentido de la historia,
sobre todo para el espectador que va virgen de conocimiento a la
proyección.
En la película se pierde gran parte del
proceso de dudas de fe del protagonista de la novela, en la cual dice
literalmente “me he convencido de que el Dios que predica el clero
en las iglesias y mi propio Dios son dos seres distintos”, por
tanto Rodrigues apostata porque deja de ser católico, interiorizando
una idea de Dios distinta a la doctrina de la época y por supuesto
no permitida.
Dicho esto y conociendo este importante
detalle, el final, que por supuesto no desvelaré, cambia totalmente
el sentido y la esencia de la película, que queda claro en la novela
y en la historia.
Al parecer Scorsese visitó El Vaticano
para proyectar la película a un número elevado de sacerdotes
jesuitas. No debe ser casual este hecho por dos consideraciones, una
que Jorge Mario Bergoglio sea el primer Papa jesuita y otra que la
“versión” de Scorsese sea más aceptada por la iglesia actual.
La hoja de ruta está rota, Pedro
Sánchez la hizo pedazos ayer en el programa de Jordi Évole,
SALVADOS. (30.10.2016)
Hoy se ha escuchado, se escucha y
seguiremos escuchando, en días sucesivos, todo tipo de
descalificaciones. El PSOE, al completo, contra Pedro Sánchez, la
guerra está servida.
Mientras las cabezas visibles, que hoy
ocupan los cargos orgánicos del partido, siguen ocupándose y
preocupándose por no perder su cuota de poder, las bases aclamamos y
reclamamos una actitud de cambio, que nadie, ni de las bases ni de la
cúspide, están dispuestos a ofrecer.
Para ellos quien se sale de la hoja de
ruta o es un iluso o es un loco, no le dan otro calificativo, porque
nadie nunca les plantó cara y no saben lo que hay al otro lado del
espejo y, sinceramente, créanme, tampoco les interesa ni se lo
plantean.
Porque innovar en política no está
bien visto, no vaya a ser que nos convirtamos en un palo en la rueda
del capitalismo, donde los medios de comunicación y las grandes
empresas ocupan un espacio importante, y se acabe la fina y
resistente red tejida durante 40 años, qué paradójico todo, no?
Lo triste de todo esto es que este sea
el funcionamiento de un partido de izquierdas, de un partido que hace
años que se va alejando a pasos agigantados de la ideología que lo
vio nacer, para rendirse a los pies de los poderosos y que, además, no
tiene ningún interés en cambiar.
Suerte.
La coyuntura ha cambiado, los personajes son los mismos y aunque la vida política sigue, las estrategias no cambian ni la intención tampoco.
Hoy
he vuelto a disfrutar de una tarde de cine. He salido de la película
encantada. Y como todas las experiencias cinematográficas, me dejan
una sensación de bienestar que si no la pienso, no la elaboro y la
pongo fuera, algo falta, así que ahí va mi comentario sobre la peli
de esta tarde."Un monstruo viene a verme" Juan Antonio
Bayona (2016).
Llegué
a la película aturdida por la machacante promoción que ha tenido en
los medios de comunicación. Esto, unido a un lento despegue, me ha
transmitido que lo bueno se hace esperar.
Se
percibe claramente cómo su Director bebe del cine clásico. Sus
claras referencias a "King Kong" y a "E.T." son
evidentes.
Amenabar
creó tendencia al autopsicoanalizarse a través de sus películas,
Bayona percibió esa genialidad, que ya Woody Allen "patentara",
y lo ha incorporado a sus películas con maestría.
La
idea de ambigüedad que transmite para comunicarnos que nada es bueno
ni malo sino todo lo contrario, ese anti-maniqueismo, siempre resulta
positivo y gusta a propios y extraños.
Bayona
está un un momento de "ahora o nunca" en su camino a la
consagración, por eso le "perdono" su enfoque atronador de
un final que, para mí, hubiera sido perfecto con algo más de
fragilidad.
Manchester-by-the-Sea es un pueblo del condado de Essex en el estado de Massachusetts, además es el escenario de la película "Manchester frente al mar" de Kenneth Lonergan, 2016.
La película es una de las grandes de la temporada. Es un drama intimista que prácticamente tiene una trama única, siendo esto uno de sus mayores valores, ya que consigue, en sus más de dos horas de metraje (135 minutos), atrapar al espectador, traspasando la pantalla y, como una lluvia fina pero fría, calar hasta los huesos, con una intensidad difícil de mantener.
Esto lo consigue su Director, que además es el guionista, y la magistral interpretación de Casey Affleck (Falmouth, Massachusetts, 1975). Su labor es impresionante porque convence, y es creíble porque lo hace sin exageraciones, es el claro ejemplo de una labor actoral genial por minimalista, reduciendo su trabajo a lo esencial, dando un resultado extraordinario que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ha sabido valorar y le ha valido el Oscar a mejor actor protagonista.
La película habla de la historia de un hombre devastado por la culpa, por un hecho que se devela a mitad de la trama y que afecta a todo su entorno personal, familiar e incluso local, una bomba que es tratada con total respeto hacia los implicados en la misma y por ello hacia el espectador.
La película tiene un ritmo lento pero sin pausa, conforme van pasando las escenas, los cambios de escenarios y los sucesivos flash back, se desvelan, como una toma de conciencia, los instrumentos y recursos que el Director ha ido introduciendo, de manera intencionada, para conseguir el efecto deseado.
Ha sido tan emocionante llegar a percibir esto que, a continuación, relaciono algunos de estos detalles. Y digo algunos porque lógicamente se me escaparan muchos y otros son tan sutiles que explicarlos sería demasiado arduo.
En los trece minutos iniciales el Director nos presenta a Lee, el protagonista y ves claramente que cuando la culpa te corroe por dentro da igual a lo que te dediques, aunque realizando las tareas más denigrantes puedes atenuar lo que verdaderamente te daña y te duele, y te hace ver la realidad más negativa, te impide llorar y expresar emociones, aunque la agresividad está a flor de piel, en definitiva, el "coctel" perfecto para la persona que está hundida en la miseria psicológica más absoluta.
La música te acompaña durante toda la película. Lesley Barber ha realizado y elegido unos temas perfectos para la banda sonora, dejando, de forma altruista, todo el protagonismo a las piezas clásicas de Albinoni y Haendel, que además ocupan los momentos de mayor fuerza. Ellos están precedidos de una música coral que augura la tragedia, como un redoble de tambor, que a continuación se tornará en verdadera oscuridad, con unos preciosos giros en la tonalidad, dando el resultado deseado por el Director.
El recurso del flash-back es utilizado por el Director con total maestría. Todo los recuerdos del protagonista van apareciendo en el momento justo, como un martillo que golpea en su corazón sin piedad, mientras atraviesa en su coche el pueblo de Manchester o en el despacho del abogado.
La relación del protagonista con su sobrino ocupa los últimos tres cuartos de la película y es el hilo conductor del argumento hasta el final. Es una relación fuerte y libre, con total entendimiento mutuo, aunque llena de desencuentros provocados por las circunstancias.
Hay algo que sobrevuela durante toda la película, en algunas ocasiones planea sin llegar a tocar el suelo y en otras vuela alto como un buitre: la relación con las mujeres.
El barco, pieza importante en la película, se llama Claudia Marie, el nombre de la madre del protagonista. La esposa de Joe, el hermano mayor, Elise. La esposa de Lee, Randy. y las novias de Patrick, el hijo de Joe y sobrino de Lee, Silvie y Sandy.
Todas esas relaciones tienen una característica en común, por una cosa u otra, e incluso si ofrecer información alguna, se percibe cómo las mujeres no terminan de encajar.
Kenneth Lonergan se llevó el Oscar al mejor guión original, merecidísimo. El poder narrativo de algunas escenas pone la piel de gallina. Coger un pañuelo del suelo mientras su sobrino le observa o situarse en la parte sombría de una habitación, donde solo se ve su silueta, hacen un engranaje perfecto con el guión dando un resultado grandioso desde la esencia.
Como colofón a este guión, una conversación que empieza en el minuto 115, en la que nunca un "... y te quiero." fue tan triste y tan profundo, tan grande y tan sentido, llegándote al corazón como un torpedo. Y sobre todo Michelle Williams, impresionante.
A la trama no se le ve un final, está borroso, como la imagen de Lee en la ventana. Pero de forma sutil, sin notarse, y tomando como referencia la relación materno-filial, conjuntamente con un motor nuevo que pone en funcionamiento la vida otra vez, llega ese final esperado, que va fluyendo hasta su desenlace.
Nunca escribí su nombre entero,
nunca lo sentí tan cerca como lo siento hoy. Hoy, 15 de junio de 2017, hace 38 años que mi hermano murió. Yo tenía 13 años y repetía 8º de
E.G.B. Si esto no hubiera sucedido, no sería la persona que soy hoy.
“No hay mal que por bien no
venga” se convierte en un refrán mezquino y trivial, superfluo y
sin alma. Culparme de todo lo que, de forma
inadecuada, generó aquella coyuntura, solo hace alimentar mi ego
para darle vida a la culpa, que nos aniquila y nos ciega, que nos
enmudece y nos anula. Si no somos capaces de sacar a flote el
entendimiento de esa dicotomía, tan pueril y madura a la vez,
estamos a mitad de camino entre lo vivido y lo deseado, entre el
bienestar y la felicidad, entre lo real y lo soñado. Sigo en el arduo intento de
conseguir abarcarla, sin medida pero con suavidad, para que, poco a
poco, sea interiorizada y forme parte de mi, sin ambages. Doy gracias a la vida y al universo
por permitirme seguir adelante.
En la madrugada de uno de los primeros días del abril de 1938 suenan unos golpes dados con la culata de un arma de fuego, culatazos, en la puerta de mi tía Josefa, la Tata. Era la Guardia Civil que buscaba a su marido para llevarlo preso por comunista.
Esta historia la he escuchado en mi casa desde que tengo memoria, aunque nunca, hasta ahora, había escrito algo sobre ella.
Y tiene que ser ahora, curiosamente, en este año, precisamente, en 2017, año en el que se centran todas las efemérides, habidas y por haber, relacionadas con la ideología comunista.
En 1867 se publica "El Capital" de Karl Marx, libro que cumple 150 años de historia.
El 8 de marzo de 1917 estalla de Revolución Rusa, por tanto este año es el centenario de aquel importante acontecimiento.
El 27 de abril de 1937 muere en Roma Antonio Gramsci, filósofo, teórico marxista, político y periodista, fundador del Partido Comunista Italiano, cumpliéndose este año, también, el 80º aniversario de su muerte.
El 9 de abril de 1977 se legaliza el Partido Comunista en España, Radio Nacional lo anuncia a través del periodista Alejo García. Este año cumplimos cuatro décadas de comunismo oficial en España. Todos los acontecimiento que acabo de exponer están recogidos en el calendario oficial y son celebrados y recordados por todos. Sin ir más lejos Alberto Garzón hoy los recuerda en una publicación en e EL PAIS.
Pero aparcando todo esto y centrándonos en las pequeñas cosas, que forman toda una verdadera y real revolución, que están en la memoria individual y colectiva, a la vez, de esas personas anónimas, que forman parte de familias, como la mía, este 2017 también se cumple el 40º aniversario de la muerte de José Leirana Carrión, que un día de abril gritó en la calle "¡Viva el comunismo!" y fue encarcelado en Sanlúcar de Barrameda un 15 de abril de 1938 y liberado tres meses después, valga todo esto por la vida de un hombre bueno.
Hace
unos años, cuando desarrollaba otro trabajo, en el cuál pasé unos
de los mejores momentos de mi vida, entré en el despacho de una
compañera y vi pegado en la pared un cartel que ponía “LAURA”,
parecía la portada de un libro, impresa a color y a tamaño A3,
quedé intrigada, dándole vueltas en la cabeza a lo que había
visto, pero tras un tiempo la inquietud se disipó.
A
los pocos días volví a ese despacho y le pregunte a mi compañera:
“Virginia por qué tienes ese cartel colgado ahí, qué es
exactamente”. Ella me respondió que era un libro que había
escrito su marido, sin más explicaciones.
Pasaron
semanas, entré en una librería y cual no fue mi sorpresa cuando en
una estantería, rodeado de muchos más libros, vi la misma imagen
que había visto en el cartel en la pared del despacho de mi
compañera. La intriga se apoderó de mí nuevamente, cogí el libro
entre mis manos y lo abrí.
Era
una novela, efectivamente titulada “LAURA”, de un autor
desconocido para mí, aun así compré el libro y me fui. Cuando
llegue a casa empecé a ojearlo, me paré en la dedicatoria que
decía: “A Virginia desnuda”.
De
momento una serie de posibles situaciones se me agolparon en la
mente, de las más variopintas, sobre mi compañera y su vida, sus
emociones, sus relaciones. No tenía mucha unión con ella en el
trabajo pero nuestra relación era cordial. Saqué mi conclusión
sobre la dedicatoria y la vida sentimental de mi compañera y lo dejé
pasar, tanto es así que olvidé aquella situación anecdótica.
Años
después, haciendo un curso de formación, coincidí con ella. Fue un
curso largo, de esos que se desarrollan durante meses, en los que te
ves con el mismo grupo de personas todas las semanas y entablas una
cierta relación de confianza. Lógicamente el asunto de la
dedicatoria volvió a aparecer en mis pensamientos, diciéndome que
así tendría más ocasiones de charla con ella y poder encontrar el
momento de comentarle que había comprado el libro que su marido
había escrito. La cuestión es que pasaban los días y el momento
apropiado no aparecía.
El
curso era de idiomas y era muy dado a trabajos en pareja,
conversaciones sobre un tema concreto y realización de narraciones.
Solíamos hacerlo sobre temas que dominábamos para que así fuera
más fácil su elaboración y estuviéramos más relajados.
Un
día le tocó el turno a mi compañera, había elaborado una
narración corta pero expresada con gran claridad, lo que denotaba el
gran conocimiento que tenía sobre el asunto; con fuerza pero sin
histrionismo, lo que nos hacía ver que tenía una gran seguridad
sobre ese tema; emocionada pero con una alegría en su mirada fuera
de lo normal. Y nos habló del cáncer, del que ella había pasado y
la había dejado sin los atributos femeninos más característicos,
del tiempo que vivió ella y su pareja y como superaron juntos esa
situación.
Fue
muy emocionante, y sobre todo la dedicatoria que decía: “A
Virginia desnuda” cobró forma y significado.
"Un
día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice:
-Sal
a la calle que hay un regalo para ti.
Entusiasmado,
salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso
carruaje estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es
de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de
cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy "chic".
Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular
forrado en pana bordada y unos visillos de encaje blanco le dan un
toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que todo
está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de
las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo… todo es muy
cómodo, y no hay lugar para nadie más.
Entonces
miro por la ventana y veo "el paisaje": De un lado el
frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi vecino… y
digo: "¡Qué bárbaro este regalo! "¡Qué bien, qué
lindo…!" Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación.
Al
rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo
mismo. Me pregunto: "¿Cuánto tiempo uno puede ver las
mismas cosas?" Y empiezo a convencerme de que el regalo que me
hicieron no sirve para nada.
De eso me ando quejando en voz alta
cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome: -¿No te das
cuenta que a este carruaje le falta algo?
Yo pongo cara de
qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.
-Le
faltan los caballos – me dice antes de que llegue a preguntarle.
Por
eso veo siempre lo mismo -pienso-, por eso me parece aburrido.
-Cierto
– digo yo.
Entonces
voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al
carruaje. Me subo otra vez y desde adentro les grito:
-¡¡Eaaaaa!!
El
paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente
y eso me sorprende.
Sin
embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el
carruaje y a ver el comienzo de una rajadura en uno de los
laterales.
Son los caballos que me conducen por caminos terribles;
agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por
barrios peligrosos.
Me doy cuenta que yo no tengo ningún control
de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren. Al
principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es
muy peligroso.
Comienzo
a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.
En
ese momento veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo
insulto:
-¡Qué me hizo!
Me
grita:-¡Te falta el cochero!
-¡Ah!
– digo yo.
Con
gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido
contratar un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre
formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento.
Me
parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente
del regalo que me hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le
indico al cochero a dónde ir.
Él
conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada
y elige la mejor ruta.
Yo…
Yo disfruto el viaje.
Hemos
nacido, salido de nuestra casa y nos hemos encontrado con un regalo:
nuestro cuerpo.
A
poco de nacer nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un
requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje no serviría
para nada si no tuviera caballos; ellos son los deseos, las
necesidades, las pulsiones y los afectos.
Todo
va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos
cuenta que estos deseos nos llegaban por caminos un poco arriesgados
y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de sofrenarlos.
Aquí es donde aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro
intelecto, nuestra capacidad de pensar racionalmente.
El
cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente
tiran del carruaje son tus caballos.
No
permitas que el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y
protegidos, porque… ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería
de vos si fueras solamente cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún
deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la de esa gente que va por
el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que solamente su
cerebro empuje el carruaje. Obviamente tampoco puedes descuidar el
carruaje, porque tiene que durar todo el proyecto. Y esto implicará
reparar, cuidar, afinar lo que sea necesario para su mantenimiento.
Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el
viaje…"
En
la Feria de Lebrija, hace ya muchos años, estábamos en casa de la
madre de Juan Peña "El Lebrijano", un cantaor de flamenco,
y su madre, una gitana de Utrera, María “La Perrata” se puso a
cantar, y cantó esta letra de 1920, que en su día cantaba La Niña
de los Peines, una de las voces geniales del flamenco, junto con
Antonio Mairena y el Camarón de la Isla:
"Fui
piedra y perdí mi centro
y
me arrojaron al mar
y
a fuerza de mucho tiempo
mi
centro vine a encontrar"
Hoy
he recordado esta letra, este soneto maravilloso, con el que podemos
reconstruir una vida entera en cuatro frases.
Vivir
es sentir, apasionarnos por lo que descubrimos, sin abandonar esa
esencia, ese eje que nos guía, que no se aprende, que no se enseña,
que vamos asimilando, que es el alimento que da vida a la emoción,
al sentimiento, que, como dice Joan Manuel, aunque aparezca el olvido
solo se lleva la mitad.
Solo
por ese centro inexplicable, por ese eje invisible, es un placer
estar aquí rodando.
Hugo Weaving nace el 4 de abril de 1960 en Ibadán, al suroeste de Nigeria, por tanto hoy cumple 57 años, día indicado para hablar del personaje que interpretó en "Matrix" (1999), el Agente Smith.
Como ya sabemos Matrix es un mundo imaginario creado por ordenador, construido para mantener bajo control a toda la humanidad, através de una red interactiva neural, y convertirla en una pila.
Dicho control es mantenido por agentes como Smith. Todos tienen la misma apariencia, gafas oscuras y auriculares por el que se conectan al sistema. Un sistema que controla la entrada y salida de rebeldes que tienen su sede en la ciudad de Sión, el último reducto humano y la única esperanza de la humanidad.
Realmente Smith es el reverso, el antagonista, del protagonista, Neo, con el que luchará hasta el final de la saga. Los dos personajes son el Yin y el Yang, las dos caras de la moneda, para que exista uno tiene que existir necesariamente el otro, representan la dualidad que la filosofía atribuye a todo lo que existe en el universo.
Frase del Agente Smith, aparentemente sin importancia pero encierra todo el dominio que Matrix había ejercido sobre la humanidad y que a partir de ese momento empieza a flaquear.
El Agente Smith es un personaje sin empatía, carente de sensibilidad, fiel a su origen, nada ni nadie lo parará, solo la solución que provenga de la renovación de la vida puede luchar contra él.
"Mi nombre es Neo". Esta afirmación la hace el protagonista de la película en una escena de lucha antes de vencer provisionalmente, podríamos decir, a el Agente Smith. La resalto porque el nombre no está elegido de forma casual ni gratuita, sino que tiene toda una simbología detrás.
El personaje es un empleado de una famosa empresa de software y tiene el nombre de Thomas Anderson. Thomas, o Tomás en castellano, significa gemelo y Anderson significa hijo de Andrés, a su vez Andrés significa hombre, por lo tanto el nombre quedaría tal que así = gemelo, hijo del hombre, aludiendo claramente a la semejanza con Jesucristo.
A la vez el personaje es un conocido hacker, con el alias de salteador Neo, responsable de todo los delitos informáticos existentes. Neo es un anagrama de One, y la traducción en inglés de El Elegido es The One, de ahí el nombre del personaje, que empieza siendo alguien corriente pero al entrar en contacto con él Morfeo inicia el camino hacia la salvación del mundo.
Ese camino es uno de los aspectos más interesantes de la película ya que durante gran parte del metraje lo que Morfero hace con Neo es llevarlo al entendimiento del concepto y significado de Matrix analizando todos los elementos de su estructura, lo que en filosofía se llama deconstruir.
Así Thomas Anderson se va convirtiendo en Neo, abandonado su vida en el mundo virtual, creado por ordenador, llamado Matrix e integrándose totalmente en el mundo real.
El personaje tuvo varios "pretendientes" hasta que finalmente fue interpretado por Keanu Reeves. La química creada entre el personaje y el actor es un dato muy relevante, dando como resultado una solida personalidad al papel protagonista. También los hermanos Wachowski hicieron un magnífico trabajo como directores de actores.
"Es toda
una experiencia vivir con miedo, verdad? Eso es lo que significa
ser un esclavo.
Yo he
visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más
allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la
puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el
tiempo... comolágrimas en la lluvia . Es hora de morir."
Parece
que fue ayer, pero hoy la película MATRIX cumple la mayoría de
edad. Hace 18 años veía la luz un proyecto que los hermanos
Wachowski gestaron para lanzarlo al mundo creando toda una
revolución.
"Matrix"
fue un impacto cinematográfico, una genialidad llevada al cine
responsable de muchas innovaciones que poca gente conoce. Fenómenos
como el bullet time (tiempo bala) que le valió el Oscar a Mejores
Efectos Visuales a John Gaeta o la imagen posmodernista, tanto en vestuario como en decorados, fueron todo un acierto.
En
la película, que es un icono y fue la abanderada perfecta para el
cine del siglo XXI, Thomas Anderson, con el alias de salteador Neo,
descubre, gracias a Morfe, un buscado terrorista, que vive en un
mundo ilusorio creado por ordenador.
Tiene
innumerables referencias filosóficas, religiosas e ideológicas,
cada detalle esta basado en una simbología, cada giro tiene una
motivación, en la película nada es gratuito, todo es indispensable.
Es
una cinta que tiene la virtud de ser amada hasta el tuétano u
odiada profundamente, lo que si es totalmente cierto es que no deja
a nadie indiferente.
Particularmente
la adoro, en su forma, fondo, significado y más allá, rompí una
cinta de VHS de tantas veces como la vi, hoy día conozco casi todas
las versiones, he leído casi todos los libros que se editaron en
castellano y no hay espacio suficiente en internet para hablar de
ella, aunque muchas veces me pregunto, ¿será real?
“Cuando
yo era chico me encantaban los circos y lo que mas me gustaba de los
circos eran los animales. También a mí, como a otros, después me
enteré que me llamaba la atención el elefante.
Durante
la función la enorme bestia hacia despliegue de su peso tamaño y
fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato
antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por
una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca
clavada en el suelo. Sin
embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas
enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era
gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar
un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad
arrancar la estaca y huir. El
misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no
huye? Cuando
tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de
los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a
algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó
que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice
entonces la pregunta obvia : Si está amaestrado ¿Por qué lo
encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con
el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo
lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían
hecho la misma pregunta. Hace
algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido
lo bastante sabio como para encontrar la respuesta : EL ELEFANTE DEL
CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE
QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO. Cerré
los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la
estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó,
tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no
pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se
durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también
al otro y al que le seguía....Hasta que un día, un terrible día
para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su
destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no
escapa porque cree - pobre - que NO PUEDE. El
tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia
que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha
vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás....intentó
poner a prueba su fuerza otra vez. Vivimos
creyendo que un montón de cosas "no podemos" simplemente
porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez
probamos y no pudimos. Hicimos entonces, lo del elefante : grabamos
en nuestro recuerdo: NO PUEDO....NO PUEDO Y NUNCA PODRE. Hemos
crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y
nunca más lo volvimos a intentar. Cuando
mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las
cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma : "
NO PUEDO Y NUNCA PODRE " Vivimos condicionados por el recuerdo
de otros, que ya no somos y no pudieron. Tu
única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento
todo tu corazón.....TODO TU CORAZON". Jorge Bucay. "EL ELEFANTE ENCADENADO", Cuentos para pensar, 1997.
Tal
día como hoy, hace 17 años (30 de marzo del año 2000), se
estrenaba en España 'La Princesa Mononoke'. La primera vez que
muchos tuvieron oportunidad de conocer el trabajo de Hayao Miyazaki y
Studio Ghibli.
La película cuenta la historia de una chica criada por lobos, de un príncipe maldito que deja su poblado en busca de su sanación, todo rodeando de una naturaleza conectada con el hombre.
Su banda sonora está compuesta por Joe Hisaishi, compositor habitual de las películas de Hayao Miyazaki, aquí podéis escuchar el tema principal.
Esta película es un canto a la naturaleza, imprescindible para cualquier amante del cine japonés o aficionado a la animación.
Nos
permitimos el lujo de juzgarlo todo y últimamente el objetivo de
estos juicios es toda la izquierda política. Viva la demagogia, la
datos constatados y la altura de miras. Una visión muy constructiva.
Esperemos que algún día nos llegue la madurez democrática, aunque
sea difícil, no perdamos la esperanza.
Abramos
los ojos, somos oprimidos, no nos convirtamos en opresores,
haciéndole el juego a los poderosos.
Afortunadamente
esto ya no tiene marcha atrás, es el fin de las instituciones
anacrónicas, de las siglas que no de las ideologías, es el momento
del hombre nuevo, aquel que ya se atisbaba antaño, que busca la
igualdad.
Puede
rayar la utopía, lo sé, pero hay que negarse a seguir participando
de un juego nada igualitario.
Hay
que abrir nuevas posibilidades, aunque estemos acostumbrados a que
nos lo den todo hecho. Hay que construir un camino no andado,
escuchando todo y a todos.
Y
está la educación democrática también, el voto del miedo, las
estructuras rígidas, de las personas de todas las edades, que temen
el cambio.
Tenemos
una sola vida (y ya me voy a poner existencialista) y antes que
llegue la falta de posibilidades, hay que escudriñar todos los
recovecos, que nos permita nuestra mente y nuestras emociones, para
mantenernos en la postura más adecuada y auténtica, alejándonos de
mezquindades y patetismos, lejos de prejuicios y determinismos.
Ya
nos podemos permitir el lujo de ser meros observadores, de
sobrevolar, o de perdernos en la bulla, si queremos, para no
"emborracharnos" de pasiones ni quedarnos atrapados en
trampas viejunas, donde los tantos por ciento y las corrientes que
arrastran, ya, preocupan poco.
Avanzar
es la única opción ideológicamente posible, porque los ciudadanos
que no estamos sujetos a disciplinas inventadas somos libres e
iguales y esa es nuestra mayor fortaleza.
Ríos
de tinta han corrido, corren y correrán por esta película. He
escuchado hablar de ella en los últimos meses opiniones de todos los
colores, la he visto, a día de hoy, cinco veces, he asistido a
charlas y coloquios sobre ella y no paro de tararear su música.
Alguien me lo puede explicar?
Lo
cierto es que desde que empecé a oír hablar de ella he leído tanto
de musicales, de remakes y de la belleza en el cine, que hoy me
siento delante del ordenador para escribir esto sin la intención de
convencer a nadie y sin pretensión alguna, solo porque la película
de Chazelle me ha cautivado el corazón.
Hay
muchas formas de innovar, hay genialidades en todas los ámbitos
artísticos, las artes escénicas se renuevan, cada vez es más
difícil dar en la tecla de Aladino y parece que está todo
inventado, pero llega, muy despacito y casi sin notarse, un chico que
nace en Rhode Island, hace 32 años, graduado en estudios Visuales y
Ambientales por la Universidad de Harvard y hace esto, dejando al
espectador con cara de, "qué ha pasado aquí".
No
voy a hacer un tratado sobre la película, ni mucho menos, pero sí
que voy a dejar varias reseñas sobre lo visto y oído.
Todo
tiene su lugar en la película, hay un sitio para cada referencia y
una simbología para cada detalle, bebe de los clásicos y hace cine
como si lo estuviera inventando a sabiendas de que ya existe. Es
difícil reinventar lo existente, pero Chazelle lo hace.
Desde
la primera vez que la vi empecé a leer sobre musicales y descubrí
que no estaba todo inventado y que hay otras visiones, tantas como
personas y sobre todo personas que realizan un estudio profundo sobre
cine y sus alrededores, hay gran talento y mucho por descubrir. Me
quedo con este apunte:
"Musicales,
un poco de contesto.
¿Chazelle
bebe en los clásicos?: claro. ¿Copia?: en absoluto. Chazelle es muy
consciente de que Emma y Ryan cantan muy regular y bailan lo justo,
pero eso mismo, hace más maravillosa su historia en estos tiempos
nuestros, en que nos creemos superiores y no somos sino patéticos
enanos a hombros de gigantes. Gigantes como Ginger y Fred, como Gene,
Cyd y Rita, como Sandrich, Minnelli y Donen. Como un francés
visionario llamado Jacques Demy."
Alberto
Fijo.
Profesor
universitario de Narrativa Audiovisual. Escritor.
La
belleza eclipsa, siempre lo que pensado, pero cuando lees sobre ella
y eres consciente de su forma y su fondo, de cómo llegar a ella
aunque no seas capaz de crearla, todo cambia.
Así
que me quedo con los pensamientos de este ensayista francés que
tanto tiene que ver la la película, aunque o lo parezca.
"Solo
buscando las palabras se encuentran los pensamientos"
"Antes
de emplear una palabra hermosa, hazle un sitio."
"No
puede hallarse poesía en ningún lado cuando no se lleva dentro."
Joseph
Joubert (1754-1824).
Y
finalmente, sin desvelar nada de la película, se puede decir más
con una inclinación de cabeza?. De nuevo Joubert, apasionante.
"Lo
importante en la elocuencia y en las artes, no está en lo que
decimos, sino en lo que dejamos oír; no está en lo que pintamos,
sino en lo que dejamos imaginar."
Vivir el amor intensamente provoca una satisfacción, un bienestar, una plenitud, que se aparta de lo racional, de lo cotidiano.
Se ha idealizado tanto que casi se ha convertido en un estado onírico, intangible, sobrevalorado. Pero ahí está la trampa, hay que vivirlo, si no lo hacemos estamos incompletos, imposibilitados para avanzar, para poder ocupar la próxima casilla, la que nos va a dirigir hacia un lugar que nosotros mismos tenemos que construir, día a día, con nuestras acciones, con nuestros éxitos y fracasos, sin olvidar que debemos vivir de la forma más verdadera posible, respetando lo que somos y a los que nos han impulsado hasta aquí.
El amor no tiene límites aunque tampoco tiene que limitar. El amor no entiende de reglas, aunque nos empeñamos en hacerlo cautivo de ella.
Así lo siento y así lo comunico, porque la verdad no es triste ni amarga, no es cruda ni castigadora, simplemente no tiene remedio. Solo le pido a la vida que con el tiempo pueda reconocerme sin ruborizarme, vivir de la forma más auténtica posible, porque en cada gesto, en cada lugar, hay una razón escondida y no quiero que me pille por sorpresa.
Os regalo estas palabras porque no me disfrazo para ir por la vida, porque son fruto de una reflexión que considero necesaria para estar aquí, porque intento ir de frente aunque me caiga, me tropiece o me tumben, porque pensar en voz alta, que es lo que estoy haciendo ahora, es tan necesario como respirar, sobre todo cuando lo que nos rodea es asfixiante, aparente y sin sentido.
Nuestro universo somos nosotros mismos, aunque nos provoque vértigo, creo que no debemos olvidarlo jamás.
"El
15 de marzo del año 44 a.C., hace hoy 2.057 años, Julio César fue
asesinado en el Senado, víctima de una conspiración orquestada por
un grupo de senadores opuestos a sus ambiciones políticas. Cayo
Casio, Marco Junio Bruto, Décimo Junio y un grupo de más de sesenta
personas, los llamados Libertadores, materializaron su plan, durante
los idus de marzo, cuando César se hallaba junto a la estatua de
Pompeyo, a quien, paradojas del destino, había derrotado cuatro años
atrás en la batalla de Farsalia, en Grecia. Tilio Cimbro y Servilio
Casca le asestaron los primeros golpes, a los que siguieron varias
puñaladas que acabaron con su vida." Más
información en este
enlace. Fotografía: "La muerte de César" de Vincenzo Camuccini (detalle).
Hoy se
celebra el día del número irracional y una de las constantes
matemáticas más importantes, el número Pi.
Lo que
motiva esta celebración es que, según el calendario estadounidense,
se antepone el mes al día, por tanto hoy es 3-14, como los tres
primeros dígitos del número.
Se
representa con la letra griega
πque
proviene de la inicial de la palabra “perímetro”. Fue utilizada
por primera vez por William Oughtred, Ministro anglicano inglés que
se dedico a las matemáticas y la astronomía, conocido por inventar
la regla de cálculo moderna (1574-1660). Su uso fue propuesto por el
matemático galés William Jones (1675-1749).
Por tanto
hoy es el día perfecto para ver la película “Pi, fe en el caos”,
Darren Aronofsky (1998). El protagonista, Max, es un brillante
matemático que está a punto de dar con el descubrimiento más
importante de su vida: la decodificación del sistema numérico que
rige el aparente caos del mercado bursátil.