Hace un año escribí:
La hoja de ruta está rota, Pedro
Sánchez la hizo pedazos ayer en el programa de Jordi Évole,
SALVADOS. (30.10.2016)
Hoy se ha escuchado, se escucha y
seguiremos escuchando, en días sucesivos, todo tipo de
descalificaciones. El PSOE, al completo, contra Pedro Sánchez, la
guerra está servida.
Mientras las cabezas visibles, que hoy
ocupan los cargos orgánicos del partido, siguen ocupándose y
preocupándose por no perder su cuota de poder, las bases aclamamos y
reclamamos una actitud de cambio, que nadie, ni de las bases ni de la
cúspide, están dispuestos a ofrecer.
Para ellos quien se sale de la hoja de
ruta o es un iluso o es un loco, no le dan otro calificativo, porque
nadie nunca les plantó cara y no saben lo que hay al otro lado del
espejo y, sinceramente, créanme, tampoco les interesa ni se lo
plantean.
Porque innovar en política no está
bien visto, no vaya a ser que nos convirtamos en un palo en la rueda
del capitalismo, donde los medios de comunicación y las grandes
empresas ocupan un espacio importante, y se acabe la fina y
resistente red tejida durante 40 años, qué paradójico todo, no?
Lo triste de todo esto es que este sea
el funcionamiento de un partido de izquierdas, de un partido que hace
años que se va alejando a pasos agigantados de la ideología que lo
vio nacer, para rendirse a los pies de los poderosos y que, además, no
tiene ningún interés en cambiar.
Suerte.
La coyuntura ha cambiado, los personajes son los mismos y aunque la vida política sigue, las estrategias no cambian ni la intención tampoco.
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