domingo, 28 de marzo de 2021

"Fragmentos de una mujer", 2020. Kornél Mundruczó.

 

En uno de los momentos de la vida en los que hay que mostrar la mayor fortaleza posible, da comienzo la película, y lo hace con un plano agónico de 23 minutos.

Los personajes están muy dañados, se advierte debilidad en cada uno de ellos y sus actitudes los definen para el resto de la cinta.

Shia LaBeouf interpreta el papel protagonista masculino, lo hace con maestría, definiendo muy bien su personaje, un hombre rudo y sensible a la vez, que proviene de un estamento social diferente al de su pareja, y lo refleja una actitud muy típica de inferioridad, aunque los orígenes, probablemente, fueran los mismos. Siempre intenta dar seguridad y fuerza a la unión. 

Vanessa Kirby interpreta el papel protagonista femenino con una solidez conmovedora. Su sensibilidad dramática y sobre todo su contención son abrumadoras, sus silencios dicen más que sus palabras, aunque cuando finalmente habla lo hace con una ternura tan fuerte como su dramatismo.

Una mención para Ellen Burstyn, actriz veterana, que interpreta el papel de la madre de la protagonista, una madre fuerte y dura. Un papel corto pero muy presente en esencia. 

Concluyendo, no desvelo nada si digo que la manzana y su olor está muy presente, dispuesta durante toda la película para ser descubierta. También, casi de forma subliminal, se va construyendo un puente, al igual que las relaciones maternofiliales, para finalizar con un estrechamiento de manos, simbolizando el encuentro necesario y sanador. 

La película sin lugar a duda habla de la pérdida en mayúsculas. Mostrar sin decir, señalar sin nombrar, poesía.



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