jueves, 10 de diciembre de 2020

“Otra mujer” (“Another woman”, Woody Allen, 1988)

Siempre me han fascinado las películas de Woody Allen. Intuitivamente percibía que esas películas, escena a escena, entrañaban una sapiencia oculta al alcance de pocos.

La primera película que vi  fue  “Otra mujer” (“Another woman”, Woody Allen, 1988). Fui a verla con un amigo al que le fascinaba el Director neoyorquino. Aún la lentitud del ritmo de las películas más bergmanianas de Allen me causaban cierta distracción, que, en aquel momento, me permitió observar la concentración de los espectadores.

La película me dejó ese regustillo que aparece cuando algo genial ha pasado delante de ti pero no has sido capaz de apreciarlo en su totalidad, por no ser el momento, por ejemplo.

Evidentemente he seguido viendo películas de Woody Allen, he seguido leyendo sobre él y he llegado a intentar conocer todo lo que le rodea, con naturalidad y sin sobresalto, apreciando que lo que de él acontece, ocurre y se conoce, es fruto de un genio y a los genios no me gusta someterlos a críticas, ni a ponerlos en valor, solo quiero disfrutarlos.

Un día, tras un reencuentro agradable, llega a mis manos un poema, por algunos considerado el poema perfecto: “La pantera” de Rainer Maria Rilke (Praga, 1875-1926). Lo leí, lo releí y sin saber por qué sentí ese mismo regustillo y supe que estaba ante una genialidad más.

«La pantera»

(En LJardín des Plaintes. Paris)

Su mirada, cansada de ver pasar
las rejas, ya no retiene nada más.
Cree que el mundo está hecho
de miles de rejas y, más allá, la nada.

Con su caminar blando, pasos flexibles y fuertes,
gira en redondo en un círculo estrecho;
al igual que una danza de fuerzas en torno a un centro
en el que, alerta, reside una voluntad imponente.

Algunas veces, se alza el telón de sus párpados,
mudo. Una imagen viaja hacia dentro,
recorre la calma en tensión de sus miembros
y, cuando cae en su corazón, se funde y desvanece."

Rainer María Rilke. 

Como internet es infinito, navegando por la red, donde un vídeo de YouTube te lleva a un artículo, donde hay un enlace que te enseña un término nuevo o una nueva relación entre cosas muy dispares, por arte de magia el poema se vincula a la película, y lo que no percibí en su momento hace que me sorprenda y me lleva de nuevo a otro visionado, y le voilà!!!, "La pantera" de Rilke es el punto de inflexión por el cual el Director invoca la imagen del instinto acorralado, herido en su jaula, en su asfixiante y reducido espacio donde agoniza el deseo, por tanto no es de extrañar que fuera el poema preferido de la madre de la protagonista, personaje  que solo aparece en una imagen  no muy nítida a lo lejos, una madre probablemente refugiada en su mundo presa de una relación insatisfactoria. 

Por tanto, Marion es la Pantera que empieza a sentir la vida de la que se ha rodeado, una vida donde todo está en su lugar y todo en su sitio, donde nada se agita ni se mueve y la mirada ya no es suficiente. 

Así, inmersa en esta senda de lecturas me llega un término sobre el cuál Freud teorizó, Thanatos (el instinto de la muerte, la agresión), que visto en contraposición con Eros (el instinto de la vida, el amor y la sexualidad en su más amplio sentido), nos da a conocer el ineludible significado de la condición humana. Lo que me lleva a la protagonista, reprimida por los barrotes de la jaula que sin duda son los esquemas heredados, las expectativas cumplidas a costa de la propia identidad adormecida, hacen de Marion una pantera enjaulada, donde la fuerza, el instinto, el deseo, reprimidos bajo las rejas de una máscara inmóvil hecha de lo correcto, lo juicioso, lo racional, lo analítico y el control que oculta finalmente la vida que agoniza y muere bajo esa máscara de inmovilidad. 

La esperanza para el desenlace llega muy al principio de la película. La mujer embarazada, Hope (Esperanza), a la cual conoce a través de su voz por las rejillas (barrotes) del aire acondicionado y que acompañará a Marion, de forma indolente, durante toda la cinta, es símbolo del renacimiento y de la posibilidad de cambio. 

Así que, leído lo leído y visto lo visto, sin lugar a dudas, hoy por hoy la película me abre una nueva dimensión, uniendo cine, literatura, psicología y filosofía, emergiendo una relación oculta que merece la pena descubrir. Así me gusta el cine y así lo vivo.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Duelos musicales.

Hoy nos referimos al duelo musical que tuvo lugar en Viena la noche de Navidad de 1781.

El emperador José II del Sacro Imperio Romano Germánico invitó durante tres semanas al Gran Duque Pablo de Rusia y a su esposa a pasar unos días en Viena. Para entretenerles organizó un duelo musical, algo muy típico de la época, ya que los dos eran muy melómanos.

El emperador decidió enfrentar a dos personas, por un lado a Wolfgang Amadeus Mozart, que hacía poco había llegado a Viena, desde Salzburgo. Mozart era ya bastante famoso y fue considerado como el pianista local. Por otro lado estaba Muzio Clementi, era un músico muy famoso en la época, un gran virtuoso del piano, daba conciertos por toda Europa, mucho más famoso que Mozart.

El emperador hizo llamar a los dos, por separado, diciéndoles que vinieran a tocar la noche de Navidad en Palacio para él y para el Gran Duque de Rusia y su esposa, sin decirles que se trataba de un duelo, así cuando llegaron se dieron cuenta de cuál era la situación.

En estos duelos se apostaba, y en este caso el emperador José II apostó por Mozart y los Duques de Rusia apostaron por Clementi, que era mucho más famoso y conocido.

Dio comienzo el duelo, empezó el visitante, que era Clementi y tocó esto: Sonata op. 24 n2
Era una de las sonatas más famosas de Clementi (Sonata Op. 24 n2). Cuando finalizó todo el mundo en pie, aplaudiendo, todos los que habían apostado por Clementi pensaron que iban a ganar la apuesta porque aquello era insuperable. A continuación siguió tocando otra pieza, una de sus tocatas más famosas, (Tocata Op. 11) haciendo notar la rapidez con la que tocaba Clementi y resaltando los intervalos de tercera que hacían más compleja la pieza elegida: Tocata op. 11

Finaliza la intervención de Clementi, todo el mundo piensa que aquello era insuperable, hay que decir también que el piano estaba de moda, hacía poco tiempo que se había inventado.

A continuación sale Mozart, todo el mundo pensando a ver qué va a tocar, dado lo alto que su oponente había dejado el listón, y Mozart toca esto: “Ah!, vous dirai-je, mamam!”

Era una canción francesa, que tiene traducción en muchos idiomas, incluido el castellano, es un villancico titulado "Campanitas del lugar".

Mozart aprendió esta canción  de pequeño cuando viajaba  por Francia  y la eligió por dos motivos. Esta canción habla de la difícil relación de un niño con su padre, asemejándose a la relación que Mozart tenía con el suyo. El otro motivo era decir que él no iba a competir con Clementi ni en rapidez, ni en virtuosismo, ni en todas estas cosas, quiso decir que a partir de una canción tan simple, que había tocado con un solo dedo, los asistentes iban a ver de lo que Mozart era capaz, y sin partitura, sin nada, solo con su imaginación y el inmenso espíritu universal de Mozart, lo que hizo fue empezar a realizar variaciones sobre está melodía tan simple, improvisando, escuchando debajo la canción siempre y así una tras otra hizo hasta 12 variaciones, como un juego, porque Mozart nunca dejó de ser un niño. Todo esto se recogió después se apuntó y tenemos todas estas variaciones hoy en día.

El resultado del duelo fue claro. De Clementi se dijo que fue capaz de mostrar su virtuosismo, que tocaba más rápido, con mayor precisión, más brillante, pero al final Clementi solo había sido capaz de tocar notas, mientras que Mozart había tocado emociones, habiendo sido capaz de llegar a todas las personas que estaban allí  sin competir con Clementi, jugando en otra liga fue capaz de ganarle.

Después del duelo Mozart escribió una carta a Clementi diciéndole que tocaba bien, pero eso era todo, que con su mano derecha era muy bueno sobre todo en sus pasajes a terceras, pero más allá de eso (y aquí fue muy cruel) no tenía nada, absolutamente nada, no tenía ni gusto, ni sentimiento, resumiendo es un simple mecánico. Este último comentario iba con doble sentido porque Clementi era también fabricante de pianos.

Díez años después se estrenó "La flauta mágica", y cuando Mozart escribe esta ópera no se había olvidado de Clementi, también tenemos que entender que Mozart era una especie de computadora musical, cualquier cosa que suena, él la registra en su cabeza, como si fuera un disco duro, para siempre, y si hubiera tenido ordenador en su época no tendríamos 625 obras de Mozart, tendríamos mil millones de millones.

La cuestión es que si escuchamos la obertura de "La flauta mágica" nos damos cuenta que es el mismo tema de la sonata que había tocado Clementi en el duelo 10 años atrás. Mozart con esto quiere decir que hace 10 años tuvo un duelo con Clementi, que Clementi tocó una sonata magnífica y fue ovacionado por ello, que la sonata de Clementi dura un par de minutos y yo, Mozart, voy a ser capaz de desarrollar este tema hasta el infinito y hacer una obertura maravillosa. Tanto es así que esa célula de tema musical que a Clementi le dura apenas unos segundos, para Mozart es un universo y se convierte en toda la obertura de "La flauta mágica", infinita, porque Mozart era capaz, por un lado, de hacer todo tipo de variaciones sobre el tema, pero además solo con escuchar una música era capaz de tocarla sin fallar una sola nota.

Clementi asiste a la ópera, escucha la obertura y lógicamente sabe que aquello era su sonata ampliada. Clementi se sintió tan indignado que reedito su sonata para que todo el mundo supiera que ese tema era suyo e hizo poner en la primera página de la nueva edición la siguiente inscripción:

"Está sonata, con la tocata que sigue, fue interpretada por el autor (es decir por él mismo) ante su majestad imperial José II el año 1781, Mozart estaba presente".

Ramon Gener.
https://cadenaser.com/programa/2016/12/12/hoy_por_hoy/1481541008_415602.html

sábado, 20 de junio de 2020

“LA LLEGADA” (Arrival), Denis Villeneuve, 2016.


Cuando uno de los mejores amigo de Albert Einstein murió, Michele Besso, ingeniero y matemático italo-suizo, Einstein en su carta de condolencia a la familia Besso, escribió:

"Ahora se ha apartado de este extraño mundo un poco por delante de mí. Esto no significa nada. La gente como nosotros, quiénes creen en la física, saben que la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión obstinadamente persistente."

Tres días después de la muerte de su amigo, Einstein murió, como si quisiera ratificar una de sus últimas frases y constatar que el concepto del tiempo es una ilusión.

Denis Villeneuve sesenta años después nos presenta esta película en la que nos cuenta, desarrolla y adapta esta idea en “LA LLEGADA” (Arrival), 2016, en la que aterrizan unos extraterrestres (en 12 naves, ahí lo dejo) en la Tierra con los que nadie se puede comunicar, dado que su lenguaje no es lineal, porque perciben el presente, pasado y futuro al mismo tiempo y sin principio ni final.

La protagonista es la actriz Amy Adams que interpreta, magistralmente, el personaje de Louise Banks, una Doctora en Lingüistica que después de estudiar a fondo el lenguaje de los extraterrestres empieza a sentir y a percibir el tiempo como lo perciben ellos. Tengo que decir que Amy Adams es una magnifica actriz, aunque en esta película no se le puede quitar el merito a la dirección de casting.

La cinta está basada en un relato corto de Ted Chiang que se titula “La historia de tu vida” por la que ha conseguido varios premios. Chiang un escritor estadounidense de origen chino, informático de formación y profesión y escritor por afición, hobby que le ha llevado a ser considerado un genio de la ciencia ficción.

La película de Villeneuve trata el tema de la comunicación desde el punto de vista lingüístico y basándose en la teoría de la comunicación conocida como relatividad lingüística, hipótesis de Sapir-Whorf, que se contrapone a la gramática universal de Noam Chomsky.

Edward Sapir y Benjamin Lee Whorf fueron profesor y alumno, respectivamente, y la hipótesis en la que trabajaron durante muchos años viene a contarnos básicamente que pensamos con palabras y por eso no piensa igual un chino, una persona de habla inglesa o un francófono. El lenguaje hace a la persona, no existe una estructura mental innata como defiende Chomsky. Aunque hay muchas voces al respecto, aquí existe una clara unión entre las humanidades y las ciencias ya que Einstein, como físico, defendía esa misma relatividad.

Villeneuve da una estructura a la película casi hipnótica, nos la cuenta con tanto talento que atrapa, a propios y a extraños, sobre todo cuando hemos sido espectadores de otro intentos que, sin quitarles el merito que tienen, es muy difícil no acordarte de ellos.

No me gusta hablar de justicia ni de evidencias, porque cuando otros llenen los cines o recojan premios Villeneuve va a seguir por el camino que se ha trazado creando su propia comunicación cinematográfica y alegrándonos la vida con sus películas. Cuando lean o escuchen Denis Villeneuve pasen, relájense, vean y a disfrutar.

viernes, 12 de junio de 2020

“LOS IDUS DE MARZO”, George Clooney, 2011.


Una película pequeña por su presupuesto y grande por todo lo demás. George Clooney escribió, dirigió, produjo e interpretó esta película, basada en la obra de teatro "Farragut North" del dramaturgo Beau Willimon (2008), no te deja indiferente porque tiene una estructura perfecta, casi teatral y más capas de las que aparenta.

La música que le da inicio es el tema "The Champaign" (La Campaña) de Alexander Desplat, un ritmo de marcha militar que empieza a ponernos en situación. En los diez primeros minutos se hace un esquema de la película, se presentan los personajes, perfectamente delimitados, se comunica sus intenciones, el espectador puede conocer perfectamente la base en la que se va a asentar la película, todo está listo para empezar y no se ha explicado nada, solo se ha mostrado, característica que se verá durante toda la película y que le da un valor añadido.

Desde este preciso instante empieza la trama, se presentan los personajes que darán vida a esa trama (Thomson), así como se resalta lo necesario para llevarla a cabo (móviles). A partir de aquí el espectáculo está servido, se empieza a dar a conocer las estrategias políticas más sucias con la ética más “digna” posible, como hacer desaparecer lo que no beneficia aún siendo positivo o resaltar lo supuestamente cierto con el único objetivo de dañar, comprometer, enturbiar y acorralar. Bienvenidos al mundo de lo real en política.

Todo esto se compensa con las relaciones humanas, las que sirven de válvula de escape a tanto ego contenido ante un proceso que, aun siendo apasionante, no deja de ser un camino con un final incierto, en el que se desequilibre la balanza hacia el lado más “fuerte”.

Las estrategias políticas al más alto nivel están perfectamente mostrada, que no contadas, nuevamente, con gestos, silencios, movimientos de cámara y miradas, sencillo y difícil a la vez, pero lo consigue, Clooney sabe lo que hace y lo hace con maestría.

Antes de llegar al punto de inflexión de la película, el careno que le dará pie, entre los personajes y que nos augura lo que está por llegar en la escena final, porque no olvidemos que este drama político nos habla, entre otras cosas, de un juego de poder y de relaciones.

Y ahora el maravilloso punto de inflexión que sucede de forma totalmente inesperada, en un momento de debilidad, provocado por un egocentrismo bárbaro, que aparece cuando no podemos satisfacer nuestros instintos por nosotros mismos y hace que nos volvamos seres impacientes y pretendamos ser los poseedores de la verdad universal. El curso de la película cambia y nada volverá a ser como antes. Además está hecho de forma sutil, apelando a las cualidades personales más básicas, primarias y peligrosas, sobre todo si no son detectadas, comprendidas y salvadas: la vanidad y la ambición, de poder, claro. Porque esta película habla de lealtad y de traición, por si alguien no lo ha captado ya por el propio título.

Ahora en la película todo fluirá, con frases contundentes, insertadas en un guión maravilloso, como por ejemplo:
La capacidad de ganarse el respeto haciendo que confundan el miedo que sienten con amor.”
La venganza hace a la gente impredecible.”
La intimidad que se genera en algunas conversaciones es estremecedora, en el avión, tras la bandera, en el gimnasio, la conversación en el coche entre el candidato y su esposa, hipnótica.

No me importa repetirme porque Clooney aborda esta película, en todas sus facetas, con auténtica maestría. El que sea demócrata declarado y le apasione la política hace de su labor actoral un verdadero deleite. El resto del reparto, brillante, Philip Seymour Hoffman, Marisa Tomei o Ryan Gosling, chapó.

La película es visualmente bellísima, representando sentimientos o circunstancias de forma fotográfica, como por ejemplo la tristeza con lágrimas perdiéndose en la lluvia o la soledad con fotogramas similares a un cuadro de Edward Hopper.

El final de la película quiere recordar a Shakespeare, no se si sería la intención de Clooney, pero la escena final es la guinda del pastel, y que guinda, un duelo dialéctico que se desequilibra por una duda razonable en el que los dos “mueren” y los dos “ganan”.

Finalmente una reflexión:
Lealtad no tolera la traición, pero siempre será generosa con sus errores.”
Paulo Cohelo.
Aunque nadie es dueño de la lealtad, solo la aplicamos.

miércoles, 27 de mayo de 2020

La significación de la música en el devnir. Una propuesta.


Nunca pensé hacer una entrada en el blog como ésta, pero como la vida es un devenir constante, aquí estoy con esta propuesta, gracias a quién me la puso en mi camino. Han sido diez días pensando en la significación de la música en mi vida, ha sido incluso terapéutico y este es el resultado.

Día 1 : La primera sonaba cada noche antes de irme a dormir. Importante fue muchísimo porque ya, en esa fecha, era una noctámbula, no me quería ir a dormir ni a tiras.
Día 2. Las canciones de mi vida han sido muchas y la infancia la tengo presente siempre. Los Chiripitifláuticos y el Circo de la Tele no podían faltar en este decálogo.Gran parte de los años 70 estuvieron marcados por sus canciones, sobre todo las de Gaby, Fofó y Miliki.

Día 3. La música, algo tan antiguo como la vida, nos llega de nuestro ancestros, de nuestros padres y este aspecto también se ve reflejado en mi decálogo. José Monge Cruz, El Camarón de la Isla, entró en mi vida por la puerta por donde entran las cosas que se quedan para siempre, la insistencia. Este disco, concretamente, "Cada vez que nos miramos", (1970), con la guitarra de Paco de Lucía, lo he escuchado hasta la saciedad. Mi padre lo ponía una y otra vez, tanto era así que se hizo famosa nuestra frase, cada vez que sonaba, de "Camarón no, Camarón no".

Posteriormente tuve la suerte de asistir a algunos conciertos suyos y de escuchar algunas conferencias sobre él. Todavía no he agradecido bastante las cuatro claves que me dío Jose Mª Perez Orozco, que en paz descanse, sobre el genio de San Fernando. Gracias por existir.


Día 4. Conocería la caratula de este disco, de vinilo, ojo, entre un millón. Matt Monro llegó con este "Alguien cantó" en el momento en el que el amor no se entiende de otra manera que no sea idealizado. Ese ideal flotando al ritmo de esa música maravillosa que, entre otras cosas, aprendí viendo a mis padres bailar."Alguien cantó" de Matt Monroe sonó en el inicio de mi adolescencia, mucho, y hoy día me reporta un recuerdo muy agradable.


Día 5. Nunca pensé que un guitarrista mexicano, que funda una banda, que por primera vez en la el mundo de la música fusiona la música latina y el rock, iba a ocasionarme ese impacto tan grande. Cuando escuche "Europa" de Carlos Santana por primera vez, intuitivamente, supe que era algo grande y diferente.

Fue un éxito en todas las listas en 1976 y los Reyes Magos me regalaron el single que tenía esta caratula. Lo escuché mucho, no me cansaba de escucharla y despertó mi curiosidad, aunque la no existencia de internet lo complicaba todo.

Con el tiempo pude saber que la belleza de esta canción instrumental tenía unas causas muy concretas. Su compleja armonía, por la utilización ingeniosa de sus acordes y el estar en modo menor, escala en la que se construyen en música la melancolía y la tristeza, provocaban el efecto deseado.
La historia de la canción es larga, antigua y emocionante.

Día 6. Si Serrat y su "Mediterráneo" no están en este decálogo no es mi decálogo. Fue mi madre quien me enseñó a amar a Serrat. En mi adolescencia revolucionaria y activa políticamente Serrat ponía ese toque de romanticismo y pasión que toda ideología necesita.
Podía poner cualquier canción de Serrat pero si la revista Rolling Stone eligió "Mediterráneo" como la mejor canción de la lengua española del siglo XX, yo no voy a ser menos.

Día 7. Hoy dos palabras nada más, copla y Rocío.

Día 8. La canción de hoy es "On Summer's Day" de Joe Hisaishi.
Es el tema principal de la película "El viaje de Chihiro" de Hayao Miyazaki.
Los primeros acordes de la canción dan comienzo a la película y cuando la vi por primera vez fue, como dijo Humphrey Bogart en "Casablanca", el comienzo de una hermosa amistad.


Joe Hisaishi es un músico japonés que ha compuesto todas las bandas sonoras de las películas de Hayao Miyazaki e Isao Takahata, fundadores del estudio Ghibli. También ha compuesto muchas bandas sonoras de las películas del Director Takeshi Kitano y de algunos directores más, como la banda sonora de la película "Despedidas" de Yojiro Takita, impresionante.
En fin, conozco toda la discografía de Hisaishi y hoy ocupa un lugar en mi decálogo porque es un músico excepcional y os invito a que lo conozcáis.

Día 9. Dificilísimo elegir una sola pieza de música clásica que me represente. Para facilitarme la labor he elegido un compositor y un intérprete y rápidamente se me ha venido a la mente una pieza que escucho casi en bucle desde siempre.
Las Variaciones Goldberg de Johan Sebastian Bach, interpretada por Glenn Gould, concretamente el Aria y la grabación de 1982.

Día 10. Quiero terminar este decálogo con talento, no con el mío, ni con el que manifiestamente han demostrado todos los genios que me han traído hasta aquí, sino con el talento de la savia nueva, de la gente joven, de los que aún tienen mucho que demostrar, pero no es su intención hacerlo, porque están en el lugar que tienen que estar, porque han hecho cosas grandes, y me niego a esperar que pase el tiempo, o que evolucionen, o incluso que mueran para valorarlos o disfrutar de ellos.
Hay muchos y podría poner cualquiera: Bruno Mars, Ed Sheeran, Charlie Puth, Billie Eilish, Finneas O'Connell, Rudy Mancuso, Stjepan Hauser, Yuja Wang, Justin Timberlake, virtuosos, oídos absolutos, trabajadores tenaces, probablemente, pero hoy elijo a Rosalía, porque una vez le preguntaron que si ella creía que estaba inventando un género musical, a lo que Rosalía contestó que cada vez sentía más que todo estaba inventado, que todo depende del contexto, que cuanto más se juega con el contexto más diferente parece todo, llegado al concepto en si mismo. Aplastante y sin ambages.

https://youtu.be/7JeB8yWV_gA
https://youtu.be/DG0bdbnpSAU
https://youtu.be/l8UmmPK6J8w
https://youtu.be/Hky6zYyG0YM
https://youtu.be/dD9gtCsYDmY
https://youtu.be/TCAeDIF2svc
https://youtu.be/_w2WOHs9wG4
https://youtu.be/7l9BYJUr8CQ
https://youtu.be/TK1Ij_-mank
https://youtu.be/Gv94m_S3QDo
https://youtu.be/sRph0jV4mO4


sábado, 18 de abril de 2020

Comunicar con música: Sinfonía de los Adioses de Joseph Hayden (1772)

Hoy hablaremos de la Sinfonía nº 45, de su compositor Joseph Hayden, de Nikolaus I, Principe Esterházy y de La casa de los Esterházy y cómo todo ello tiene que ver con la comunicación y la música.

Hayden (Franz Joseph Hayden, 1732-1809) desde muy temprana edad manifestó talento para la música, a los seis años se traslada con un pariente y comienza su educación musical. Sus inicios fueron el canto coral, aunque pronto empezó a tocar el clavecín y el violín. Hayden fue el padre de las sinfonías, mentor de Mozart y maestro de Bethoveen.


Fue uno de los últimos músicos artesanos, aunque fuera a finales del siglo XV cuando se hace por primera vez la distinción entre artesano y artista, en la música esa distinción es más tardía. Todavía Hayden, incluso Mozart, tenían mecenas o empleadores o más bien patronos, ya que trabajaban para ellos, aunque en el caso de Hayden hubo un único empleador, Nikolaus I, Principe Esterházy.

Nikolaus I, Principe Esterházy (1714-1790) fue un príncipe húngaro, miembro de la famosa familia que lleva su nombre. Destacaba por la construcciones de palacios, por llevar ropa de gusto extravagante para la época, por su amor por la opera y las grandes producciones musicales, era conocido por "el Magnífico" y sobre todo por ser el empleador de nuestro músico de hoy.

Hayden llega a trabajar para la familia Esterházy al tener una relación sentimental con una cantante contratada por la famosa familia húngara. Los Esterházy apoyan a Hayden dándole todo lo que necesitaba incluso una pequeña orquesta. Residían en Viena en invierno y se trasladaban a sus palacios en verano, sobre todo a Eszterháza donde Hayden residía la mayor parte del año.

Durante una de las estancias más largas en Eszterháza, Hayden compuso la Sinfonía nº 45, en fa sostenido menor, conocida por la Sinfonía de los Adioses. Los músicos fueron obligados a dejar a sus mujeres en sus casas y quejosos de esa situación fueron a buscar apoyo en Hayden, por lo que el compositor en el último movimiento de la sinfonía instó sutilmente a Esterházy a que les dejara volver a casa, de la siguiente manera: durante el adagio final cada músico, uno a uno, deja de tocar, apaga la vela de su atril y se va en orden, dejando al final al propio Hayden con el concertino. El Principe Esterházy entendío perfectamente el mensaje y los músicos regresaron al día siguiente a sus casas.


Muchas orquestas han interpretado desde entonces esta sinfonía, siempre se ha finalizado de esta manera en la que Hayden intentó y transmitió este mensaje a su patrón. A partir de hoy cuando la volvamos a ver en directo o en diferido sabremos cual es la motivación de su desarrollo final. La música tiene más poder del que nos imaginamos





"Ghost in the Shell", Mamoru Oshii. 1995.

"El anime es ver el mundo en un grano de arena." La definición más bonita, acertada y determinante que he escuchado sobre este gén...