miércoles, 12 de abril de 2017

"¡Viva el comunismo!"

En la madrugada de uno de los primeros días del abril de 1938 suenan unos golpes dados con la culata de un arma de fuego, culatazos, en la puerta de mi tía Josefa, la Tata. Era la Guardia Civil que buscaba a su marido para llevarlo preso por comunista.

Esta historia la he escuchado en mi casa desde que tengo memoria, aunque nunca, hasta ahora, había escrito algo sobre ella.

Y tiene que ser ahora, curiosamente, en este año, precisamente, en 2017, año en el que se centran todas las efemérides, habidas y por haber, relacionadas con la ideología comunista.


En 1867 se publica "El Capital" de Karl Marx, libro que cumple 150 años de historia.

El 8 de marzo de 1917 estalla de Revolución Rusa, por tanto este año es el centenario de aquel importante acontecimiento.

El 27 de abril de 1937 muere en Roma Antonio Gramsci, filósofo, teórico marxista, político y periodista, fundador del Partido Comunista Italiano, cumpliéndose este año, también, el 80º aniversario de su muerte.

El 9 de abril de 1977 se legaliza el Partido Comunista en España, Radio Nacional lo anuncia a través del periodista Alejo García. Este año cumplimos cuatro décadas de comunismo oficial en España.

Todos los acontecimiento que acabo de exponer están recogidos en el calendario oficial y son celebrados y recordados por todos. Sin ir más lejos Alberto Garzón hoy los recuerda en una publicación en e EL PAIS.

Pero aparcando todo esto y centrándonos en las pequeñas cosas, que forman toda una verdadera y real revolución, que están en la memoria individual y colectiva, a la vez, de esas personas anónimas, que forman parte de familias, como la mía, este 2017 también se cumple el 40º aniversario de la muerte de José Leirana Carrión, que un día de abril gritó en la calle "¡Viva el comunismo!" y fue encarcelado en Sanlúcar de Barrameda un 15 de abril de 1938 y liberado tres meses después, valga todo esto por la vida de un hombre bueno.

martes, 11 de abril de 2017

"A Virginia desnuda."

Hace unos años, cuando desarrollaba otro trabajo, en el cuál pasé unos de los mejores momentos de mi vida, entré en el despacho de una compañera y vi pegado en la pared un cartel que ponía “LAURA”, parecía la portada de un libro, impresa a color y a tamaño A3, quedé intrigada, dándole vueltas en la cabeza a lo que había visto, pero tras un tiempo la inquietud se disipó.

A los pocos días volví a ese despacho y le pregunte a mi compañera: “Virginia por qué tienes ese cartel colgado ahí, qué es exactamente”. Ella me respondió que era un libro que había escrito su marido, sin más explicaciones.

Pasaron semanas, entré en una librería y cual no fue mi sorpresa cuando en una estantería, rodeado de muchos más libros, vi la misma imagen que había visto en el cartel en la pared del despacho de mi compañera. La intriga se apoderó de mí nuevamente, cogí el libro entre mis manos y lo abrí.

Era una novela, efectivamente titulada “LAURA”, de un autor desconocido para mí, aun así compré el libro y me fui. Cuando llegue a casa empecé a ojearlo, me paré en la dedicatoria que decía: “A Virginia desnuda”.
De momento una serie de posibles situaciones se me agolparon en la mente, de las más variopintas, sobre mi compañera y su vida, sus emociones, sus relaciones. No tenía mucha unión con ella en el trabajo pero nuestra relación era cordial. Saqué mi conclusión sobre la dedicatoria y la vida sentimental de mi compañera y lo dejé pasar, tanto es así que olvidé aquella situación anecdótica.

Años después, haciendo un curso de formación, coincidí con ella. Fue un curso largo, de esos que se desarrollan durante meses, en los que te ves con el mismo grupo de personas todas las semanas y entablas una cierta relación de confianza. Lógicamente el asunto de la dedicatoria volvió a aparecer en mis pensamientos, diciéndome que así tendría más ocasiones de charla con ella y poder encontrar el momento de comentarle que había comprado el libro que su marido había escrito. La cuestión es que pasaban los días y el momento apropiado no aparecía.

El curso era de idiomas y era muy dado a trabajos en pareja, conversaciones sobre un tema concreto y realización de narraciones. Solíamos hacerlo sobre temas que dominábamos para que así fuera más fácil su elaboración y estuviéramos más relajados.

Un día le tocó el turno a mi compañera, había elaborado una narración corta pero expresada con gran claridad, lo que denotaba el gran conocimiento que tenía sobre el asunto; con fuerza pero sin histrionismo, lo que nos hacía ver que tenía una gran seguridad sobre ese tema; emocionada pero con una alegría en su mirada fuera de lo normal. Y nos habló del cáncer, del que ella había pasado y la había dejado sin los atributos femeninos más característicos, del tiempo que vivió ella y su pareja y como superaron juntos esa situación.

Fue muy emocionante, y sobre todo la dedicatoria que decía: “A Virginia desnuda” cobró forma y significado.

"LA ALEGORÍA DEL CARRUAJE" de Jorge Bucay. Cuentos para pensar. 1997

"Un día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice:

-Sal a la calle que hay un regalo para ti.

Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy "chic". Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordada y unos visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo… todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más.

Entonces miro por la ventana y veo "el paisaje": De un lado el frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi vecino… y digo: "¡Qué bárbaro este regalo! "¡Qué bien, qué lindo…!" Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación.

Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo.
Me pregunto: "¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?" Y empiezo a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada.

De eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome: -¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo?

Yo pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.

-Le faltan los caballos – me dice antes de que llegue a preguntarle.

Por eso veo siempre lo mismo -pienso-, por eso me parece aburrido.

-Cierto – digo yo.

Entonces voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro les grito:

-¡¡Eaaaaa!!

El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende.

Sin embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de una rajadura en uno de los laterales.

Son los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.

Me doy cuenta que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren. Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso.

Comienzo a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.

En ese momento veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto: 

-¡Qué me hizo!

Me grita:-¡Te falta el cochero!

-¡Ah! – digo yo.

Con gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento.

Me parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero a dónde ir.

Él conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta.
Yo… Yo disfruto el viaje.

Hemos nacido, salido de nuestra casa y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro cuerpo.

A poco de nacer nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje no serviría para nada si no tuviera caballos; ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos.

Todo va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos deseos nos llegaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de sofrenarlos. Aquí es donde aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar racionalmente.
El cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente tiran del carruaje son tus caballos.

No permitas que el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y protegidos, porque… ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería de vos si fueras solamente cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la de esa gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que solamente su cerebro empuje el carruaje. Obviamente tampoco puedes descuidar el carruaje, porque tiene que durar todo el proyecto. Y esto implicará reparar, cuidar, afinar lo que sea necesario para su mantenimiento. Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el viaje…"

jueves, 6 de abril de 2017

Soy piedra.


En la Feria de Lebrija, hace ya muchos años, estábamos en casa de la madre de Juan Peña "El Lebrijano", un cantaor de flamenco, y su madre, una gitana de Utrera, María “La Perrata” se puso a cantar, y cantó esta letra de 1920, que en su día cantaba La Niña de los Peines, una de las voces geniales del flamenco, junto con Antonio Mairena y el Camarón de la Isla:

"Fui piedra y perdí mi centro
y me arrojaron al mar
y a fuerza de mucho tiempo
mi centro vine a encontrar"

Hoy he recordado esta letra, este soneto maravilloso, con el que podemos reconstruir una vida entera en cuatro frases.

Vivir es sentir, apasionarnos por lo que descubrimos, sin abandonar esa esencia, ese eje que nos guía, que no se aprende, que no se enseña, que vamos asimilando, que es el alimento que da vida a la emoción, al sentimiento, que, como dice Joan Manuel, aunque aparezca el olvido solo se lleva la mitad.

Solo por ese centro inexplicable, por ese eje invisible, es un placer estar aquí rodando.

martes, 4 de abril de 2017

Personajes de cine: AGENTE SMITH (Matrix, 1999)

Hugo Weaving nace el 4 de abril de 1960 en Ibadán, al suroeste de Nigeria, por tanto hoy cumple 57 años, día indicado para hablar del personaje que interpretó en "Matrix" (1999), el Agente Smith.

Como ya sabemos Matrix es un mundo imaginario  creado por ordenador, construido para mantener bajo control a toda la humanidad, através de una red interactiva neural, y convertirla en una pila.

Dicho control es mantenido por agentes como Smith. Todos tienen la misma apariencia, gafas oscuras y auriculares por el que se conectan al sistema. Un sistema que controla la entrada y salida de rebeldes que tienen su sede en la ciudad de Sión, el último reducto humano y la única esperanza de la humanidad.

Realmente Smith es el reverso, el antagonista, del protagonista, Neo, con el que luchará hasta el final de la saga. Los dos personajes son el Yin y el Yang, las dos caras de la moneda, para que exista uno tiene que existir necesariamente el otro, representan la dualidad que la filosofía atribuye a todo lo que existe en el universo.

"Es el sonido de lo inevitable."

Frase del Agente Smith, aparentemente sin importancia pero encierra todo el dominio que Matrix había ejercido sobre la humanidad y que a partir de ese momento empieza a flaquear.

El Agente Smith es un personaje sin empatía, carente de sensibilidad, fiel a su origen, nada ni nadie lo parará, solo la solución que provenga de la renovación de la vida puede luchar contra él.



sábado, 1 de abril de 2017

Personajes de cine: NEO (Matrix, 1999)

"Mi nombre es Neo". Esta afirmación la hace el protagonista de la película en una escena de lucha antes de vencer provisionalmente, podríamos decir, a el Agente Smith. La resalto porque el nombre no está elegido de forma casual ni gratuita, sino que tiene toda una simbología detrás.

El personaje es un empleado de una famosa empresa de software y tiene el nombre de Thomas Anderson. Thomas, o Tomás en castellano, significa gemelo y Anderson significa hijo de Andrés, a su vez Andrés significa hombre, por lo tanto el nombre quedaría tal que así = gemelo, hijo del hombre, aludiendo claramente a la semejanza con Jesucristo.

A la vez el personaje es un conocido hacker, con el alias de salteador Neo, responsable de todo los delitos informáticos existentes. Neo es un anagrama de One, y la traducción en inglés de El Elegido es The One, de ahí el nombre del personaje, que empieza siendo alguien corriente pero al entrar en contacto con él Morfeo inicia el camino hacia la salvación del mundo.
Ese camino es uno de los aspectos más interesantes de la película ya que durante gran parte del metraje lo que Morfero hace con Neo es llevarlo al entendimiento del concepto y significado de Matrix analizando todos los elementos de su estructura, lo que en filosofía se llama deconstruir.

Así Thomas Anderson se va convirtiendo en Neo, abandonado su vida en el mundo virtual, creado por ordenador, llamado Matrix e integrándose totalmente en el mundo real.
El personaje tuvo varios "pretendientes" hasta que finalmente fue interpretado por Keanu Reeves. La química creada entre el personaje y el actor es un dato muy relevante, dando como resultado una solida personalidad al papel protagonista. También los hermanos Wachowski hicieron un magnífico trabajo como directores de actores.

Roy Batty, siempre.

"Es toda una experiencia vivir con miedo, verdad? Eso es lo que significa ser un esclavo.

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo... comolágrimas en la lluvia . Es hora de morir."

Roy Batty.
"Blade Runner". Ridley Scot, 1982.


"Ghost in the Shell", Mamoru Oshii. 1995.

"El anime es ver el mundo en un grano de arena." La definición más bonita, acertada y determinante que he escuchado sobre este gén...