¿Nos están haciendo creer lo que ellos quieren o simplemente estamos tan anclados en nuestro pasado histórico que nos imposibilita ver más allá?
Estamos inmersos en un proceso de cambio y es preciso comprender las claves de ese proceso para poder sacar nuestras propias conclusiones, libres de apariencias y paradigmas.
Actualmente todo está politizado, la justicia, la religión, el empleo, la información. La política mediatiza todo lo que toca y lo pasa por el filtro de la actitud interesada, esto es conocido por todos. Pero hay una clave que se nos escapa, la política ya no persigue la noble y legítima meta del poder, la política persigue el capital, el dinero, el llenarse los bolsillos, el más vale quien más tiene. Y podemos pensar, está claro, es evidente, nada más hay que echar un vistazo al panorama actual; pero creo que hay que ir más allá, hay que darse cuenta que cualquiera, con pretensiones de alcanzar esa noble labor, le persigue la codicia, es decir, el fin ha cambiado,la consecución del poder ha perdido su sentido, ahora prima el dinero y nada más.
La justicia, politizada también, cercada y obligada también a capitular bajo intereses particulares de quienes gobiernan, se muestra implacable y partidista, pero es pura fachada, todo está negociado previamente, en reuniones seudoseccretas, en las que se avisa para no ser traidor aunque más tarde haya chivos expiatorios que sean la diana de todas las opiniones, críticas e insultos.
Y aquí es donde los mass-media entran a jugar un papel vital aunque lo hagan de forma superficial. Tienen conocimiento de todo, pero informan de lo políticamente correcto sin extralimitarse ni un ápice, dentro de la más absoluta moderación, obviando hechos objetivos, lanzando opiniones sesgadas bajo el abrigo de títulos, logros y credibilidad, conocedores de que lo que no se escribe no se sabe y no es historia.
Los empleados de a pie, acomodados en esa clase media en la que estamos la mayoría, amordazados por el bienestar y la igualdad que nos ha dado el capitalismo, nos hemos quedado sin capacidad de maniobra, porque no se está dispuesto a renunciar a nada, así nos creemos lo que nos quieran contar sin cuestionarnos casi nada.
La iglesia mientras tanto no ceja en su empeño y determinación, sigue impenitente en su actitud de aguardar, sin tregua, para escurrirse entre los entresijos de este enjambre capitalista y salir “airosa”una vez más.
Espero seguir avanzando en mis cavilaciones.
Cuando terminé mi intervención hubo muchas preguntas comentarios y murmullos, pero me quedé con ésta porque me ayudó a completar mi reflexión:
Cuando terminé mi intervención hubo muchas preguntas comentarios y murmullos, pero me quedé con ésta porque me ayudó a completar mi reflexión:
"A ver si me aclaras una duda, Begoña, ya que te veo en plena forma: todos los días oigo en la radio que la soberanía reside en el pueblo. Yo no lo veo por ninguna parte. ¿Nos la han usurpado o es que vivimos en una realidad virtual desde la muerte de Franco? "
Modestamente pienso que es una apariencia más que nos quieren hacer creer. Ni la soberanía está en el pueblo, ni creo que nos sintamos así sinceramente.
En la práctica, para entrar en material y sin ánimo de polemizar, personalmente, me sentiría “soberana” si la ley electoral cambiara y mi voto valiera en su justa medida, por ejemplo. Esto no va a ser posible hasta que este bipartidismo, ya absurdo, obsoleto y decadente, desaparezca, pero lo veo difícil que así sea. Los grandes cambios de la historia se han producido por epidemia, guerras y desastres, ahora ciertamente no se que haría falta.
En el franquismo no teníamos nada, ni dignidad siquiera, es como yo lo veo. Desde entonces hasta ahora hemos avanzado mucho, hemos recobrado esa dignidad perdida, hemos ido paso a paso alcanzando metas impensables. Sinceramente no creo que esto sea una falsa realidad, es la que es, la que los seres humanos hemos construido con nuestras genialidades y defectos. Fíjate que ironía, quién le iba a decir a Karl Marx que iba a existir esta explosión de la clase media y del bienestar, tan proclamado y ansiado por él, y que lo íbamos a conseguir a través del capitalismo!
Ilustración de Margarita Georgiadis, "Ojos vendados".
No hay comentarios:
Publicar un comentario